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Finaliza una nueva fase de recuperación de la calidad arquitectónica del Museo de Gavà
La intervención, subvencionada por la Diputación de Barcelona, se ha centrado en las fachadas de las plantas superiores del edificio principal y de las cubiertas
El Museo de Gavà ha concluido la segunda fase de restauración exterior, que ha permitido dar un salto adelante en la recuperación de la calidad arquitectónica de su sede, la Torre Lluc, un edificio de finales del siglo XVIII declarado Bien Cultural de Interés Local.
Se ha actuado en las fachadas de las plantas superiores y cubiertas, con una inversión de unos 400.000 euros subvencionados por la Diputación de Barcelona, que ha elaborado el proyecto ejecutivo de la obra.
La alcaldesa Gemma Badia ha comprobado de primera mano el resultado de la restauración: "Después de meses de obras, hoy damos por terminada la rehabilitación de la Torre Lluc. Una obra que hemos ejecutado gracias a la Diputación de Barcelona y que permitirá a la ciudadanía poder ver como ver originariamente uno de nuestros edificios más emblemáticos. Lo es no sólo por su valor arquitectónico sino también por acoger un equipamiento primordial en el estudio, la preservación y la difusión de nuestro patrimonio histórico: el Museo de Gavà”.
Esta intervención ha dado continuidad a una primera fase que concluyó en 2021 con una primera intervención en las fachadas de la planta baja, terraza y techo de las galerías laterales. Ahora será necesario abordar una tercera y última fase que se centrará en la galería de arcos de medio punto del jardín histórico anexo y en la valla que rodea todo el edificio.
Los trabajos ejecutados
En las obras de restauración de la Torre Lluc se han utilizado técnicas y materiales tradicionales, reciclables y de bajo mantenimiento, reduciendo todo lo posible las incorporaciones o transformaciones no destinadas a garantizar la correcta conservación de este bien patrimonial.
En cuanto a las fachadas, se han repicado íntegramente los estucos actuales fruto de una intervención en los años 90 para recuperar los estucos tradicionales, quedando así arreglados los desprendimientos parciales del revestimiento exterior y las escorrentías del agua de lluvia. También se han restaurado las carpinterías exteriores y se han sustituido las contraventanas, que estaban muy envejecidas por su exposición a la intemperie.
En las cubiertas, se ha mejorado la impermeabilización y se han repuesto las tejas dañadas o desplazadas, además de ordenar el cableado eléctrico.
Badia ha puesto en valor el cuidado con el que se han realizado las obras. "Como bien patrimonial ha requerido el trabajo de especialistas que han trabajado con técnicas y materiales necesarios y de la manera adecuada para poder recuperar su valor arquitectónico original y, como podemos evidenciar, hemos alcanzado el objetivo", ha afirmado.
La Torre Lluc
La Torre Lluc fue construida hacia el año 1796 y la propiedad se extendía desde la actual Rambla hasta la calle de Sant Nicasi, y desde la actual calle de la Mare de Déu de Bruguers hasta la calle de Sant Pere.
En la primera mitad del siglo XIX, la casa pertenecía a Melchor Planas y Crehuet, que mandó construir los espléndidos jardines de inspiración italiana. Al morir sin descendencia en 1847, la dejó en testamento en la masovera, Gertrudis Baus de Gilabert. La finca pasó a manos de los Lluch a raíz del matrimonio de la hija de Gertrudis Baus con Salvador Lluch Puigmartí.
Entre 1872 y 1925, en los terrenos de la propiedad se realizaron diversas transformaciones: se urbanizaron las calles de Sant Isidre, del Centro, de Sant Josep y de Marc Grau y se empezó a perfilar la plaza de Dolors Clua.
En 1925 también se reformó la casa, que toma el aspecto actual, con las galerías en los laterales de la planta baja y la decoración esgrafiada en la fachada.
En 1936, el Comité de Milicias Antifascistas requisó el edificio y en 1939 la propiedad regresó a los Lluch. Después de un largo período de abandono, en 1975 el Ayuntamiento adquirió la casa y el parque.
En 1978, el Ayuntamiento destinó la Torre Lluc al Museo de Gavà. Una reforma integral inaugurada en 1991 que permitió adecuar sus espacios, dotar al edificio de la fisonomía actual y acoger los servicios y equipamientos propios de un museo moderno.
2025
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La intervención, subvencionada por la Diputación de Barcelona, se ha centrado en las fachadas de las plantas superiores del edificio principal y de las cubiertas
El Museo de Gavà ha concluido la segunda fase de restauración exterior, que ha permitido dar un salto adelante en la recuperación de la calidad arquitectónica de su sede, la Torre Lluc, un edificio de finales del siglo XVIII declarado Bien Cultural de Interés Local.
Se ha actuado en las fachadas de las plantas superiores y cubiertas, con una inversión de unos 400.000 euros subvencionados por la Diputación de Barcelona, que ha elaborado el proyecto ejecutivo de la obra.
Esta intervención ha dado continuidad a una primera fase que concluyó en 2021 con una primera intervención en las fachadas de la planta baja, terraza y techo de las galerías laterales. Ahora será necesario abordar una tercera y última fase que se centrará en la galería de arcos de medio punto del jardín histórico anexo y en la valla que rodea todo el edificio.
Los trabajos ejecutados
En las obras de restauración de la Torre Lluc se han utilizado técnicas y materiales tradicionales, reciclables y de bajo mantenimiento, reduciendo todo lo posible las incorporaciones o transformaciones no destinadas a garantizar la correcta conservación de este bien patrimonial.
En cuanto a las fachadas, se han repicado íntegramente los estucos actuales fruto de una intervención en los años 90 para recuperar los estucos tradicionales, quedando así arreglados los desprendimientos parciales del revestimiento exterior y las escorrentías del agua de lluvia. También se han restaurado las carpinterías exteriores y se han sustituido las contraventanas, que estaban muy envejecidas por su exposición a la intemperie.
En las cubiertas, se ha mejorado la impermeabilización y se han repuesto las tejas dañadas o desplazadas, además de ordenar el cableado eléctrico.
Badia ha puesto en valor el cuidado con el que se han realizado las obras. "Como bien patrimonial ha requerido el trabajo de especialistas que han trabajado con técnicas y materiales necesarios y de la manera adecuada para poder recuperar su valor arquitectónico original y, como podemos evidenciar, hemos alcanzado el objetivo", ha afirmado.
La Torre Lluc
La Torre Lluc fue construida hacia el año 1796 y la propiedad se extendía desde la actual Rambla hasta la calle de Sant Nicasi, y desde la actual calle de la Mare de Déu de Bruguers hasta la calle de Sant Pere.
En la primera mitad del siglo XIX, la casa pertenecía a Melchor Planas y Crehuet, que mandó construir los espléndidos jardines de inspiración italiana. Al morir sin descendencia en 1847, la dejó en testamento en la masovera, Gertrudis Baus de Gilabert. La finca pasó a manos de los Lluch a raíz del matrimonio de la hija de Gertrudis Baus con Salvador Lluch Puigmartí.
Entre 1872 y 1925, en los terrenos de la propiedad se realizaron diversas transformaciones: se urbanizaron las calles de Sant Isidre, del Centro, de Sant Josep y de Marc Grau y se empezó a perfilar la plaza de Dolors Clua.
En 1925 también se reformó la casa, que toma el aspecto actual, con las galerías en los laterales de la planta baja y la decoración esgrafiada en la fachada.
En 1936, el Comité de Milicias Antifascistas requisó el edificio y en 1939 la propiedad regresó a los Lluch. Después de un largo período de abandono, en 1975 el Ayuntamiento adquirió la casa y el parque.
En 1978, el Ayuntamiento destinó la Torre Lluc al Museo de Gavà. Una reforma integral inaugurada en 1991 que permitió adecuar sus espacios, dotar al edificio de la fisonomía actual y acoger los servicios y equipamientos propios de un museo moderno.
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