null Los primeros vecinos entran a vivir en los 136 pisos públicos del AMB-IMPSOL en Gavà

 Se trata del edificio B2 en el barrio de Can Ribes, una promoción de viviendas con flexibilidad de usos y diseñados teniendo en cuenta la perspectiva de género  La integración del edificio con el entorno consiste en un corredor natural entre un gran espacio verde y la sierra de las Ferreres y el Parque Agrario


Este lunes se han entregado las primeras llaves a los vecinos de la promoción B2 del barrio de Can Ribes de Gavà. La ha promovido el AMB a través del IMPSOL y consta de 136 viviendas, de las cuales 64 son de tres dormitorios, 64 son de dos dormitorios y 8 son de un dormitorio. Del total de pisos, 63 son de alquiler y 73 de venta. El edificio también dispone de un local comercial de 840 m2 útiles y un sótano con 136 plazas de aparcamiento.

En una visita a la promoción, la alcaldesa de Gavà, Gemma Badia, ha destacado que “estas viviendas dan respuesta a una necesidad real que existe en Gavà. Así lo demuestra el hecho, y lo digo con orgullo, que la totalidad de los pisos serán ocupados por vecinos y vecinas de Gavà, 136 familias que vendrán a vivir al barrio de Can Ribes”. Badia ha añadido que “es nuestra voluntad aumentar la oferta pública de vivienda para aquellos gavanenses y gavanenses, especialmente gente joven, que, a día de hoy, deben encontrarla fuera de su ciudad, y eso no lo podemos permitir”.

Por su parte, director-gerente del IMPSOL, Amadeu Iglesias ha explicado que "la inversión en esta promoción asciende a los 26 millones de euros y da continuidad al programa de políticas de vivienda metropolitana que actualmente se despliega en 20 de los 36 municipios. metropolitanos". Iglesias ha remarcado "la importancia de esta hoja de ruta para facilitar el acceso a la vivienda en todo el territorio metropolitano, especialmente a jóvenes".

La nueva promoción de viviendas protegidas se ha construido en torno a un gran espacio verde interior permeable que fomenta la continuidad biológica y lúdica entre la sierra de Les Ferreres y el Parque Agrario del Baix Llobregat y preserva el patrimonio natural y paisajístico. El acceso a las viviendas se produce desde ese espacio naturalizado, ajardinado con especies autóctonas y de baja demanda hídrica.

Las estrategias ambientales implementadas han permitido obtener una calificación energética A en emisiones. Las más importantes son las siguientes:

Reducción de la demanda energética en las viviendas (incrementando los aislamientos y favoreciendo la ventilación cruzada)
Uso de instalaciones de alta eficiencia energética (con aerotermia) para la calefacción mediante suelo radiante y producción de agua caliente
Recogida de aguas de lluvia para el riego o aprovechamiento de la inercia térmica propia del tipo constructivo (materiales con propiedades para conservar el calor y después transferirlo).

Las viviendas, pensadas tanto para el modelo tradicional de familia como para nuevas formas de habitar, potencian al máximo las relaciones con su entorno. Cada uno está configurado por una serie de módulos de dimensiones similares, que pueden ser utilizados como sala, cocina o habitación y por tanto se pueden organizar de múltiples maneras, y por tanto se flexibilizan los usos que se pueden desarrollar y permiten adaptarse a los cambios.

Cada estancia está rodeada de espacios de transición hacia el exterior: en la fachada, un balcón corrido de 1,3 m; hacia el patio –y de forma casi simétrica– unos espacios corredor que actúan como galería y convierten los espacios de circulación en sectores complementarios de 1,60 m, donde se incluyen los baños, el almacenamiento, o bien pueden ser anexados en las salas.

Se han realizado viviendas inclusivas y diseñadas teniendo en cuenta la perspectiva de género, rompiendo con las jerarquías espaciales. Todas las estancias buscan la máxima calidad espacial y son bastante generosas, lo que favorece la flexibilidad y versatilidad de todos los espacios. Este diseño permite que las actividades domésticas puedan llevarse a cabo en espacios de calidad y que las puedan realizar dos personas a la vez, y donde la cocina se convierte en un espacio central de la vivienda, abierto y con visibilidad.